Asimismo, los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria revela que un 46% de los estudiantes universitarios tienen síntomas depresivos y muestras de ansiedad y un 54% sufre de estrés y un 30% presenta los tres problemas a la vez. De los consultados 5,1% tenía pensamientos suicidas, 87% problemas alimenticios (atracones, ayunos, vómitos y pérdida de control), 67% presenta problemas de sueño y 23,6% consumo de alcohol entre 1 a 4 veces por semana, 13,5% consume marihuana entre 1 a 4 veces por semana, 10,8% consume tabaco entre 1 a 4 veces por semana, además un 9% afirma consumir ocasionalmente tranquilizantes y un 3,2% consume cocaína ocasionalmente.
Por otro lado, datos recopilados por la revista Sábado del 6 de julio de 2019, tras realizar una solicitud de datos de suicidios en todo el país desde el 2010 al Servicio Médico Legal, a través de la Ley de Transparencia y a la Subsecretaría de Salud Pública, mostró que el grupo etario entre los 20 y 24 años fue el que registró más defunciones por suicidio durante el 2017, dando un promedio de cuatro suicidios semanales. Por último, cabe señalar que las mujeres piden más ayuda, por construcciones sociales o culturales y los hombres hablan menos de sus emociones. Las mujeres hacen más intentos, pero los hombres tienen más suicidios consumados.
Estos datos claramente nos hablan de que necesitamos con urgencia conectarnos con nosotros mismos y con otros más allá de una pantalla, conocernos, saber qué queremos, qué nos mueve, QUE NOS HACE SENTIDO, reconocer nuestros dones y espacios de aprendizajes, escuchar nuestro mundo emocional y no agobiarnos en éste y sobretodo realizar este camino acompañados por otros y no quedarnos solos con nuestros dolores.
Nuestra oferta consiste en acompañar a los jóvenes en procesos de aprendizaje, donde primero puedan estar conectados con ellos mismos, con sus emociones, con lo que les hace sentido y desde ese lugar motivarse y empoderarse construyendo un buen vivir.